La buena alimentación de los niños no es preocupante solo desde el punto de vista nutricional, resulta que la razón por la cual muchos niños que acuden a consulta por problemas de lenguaje, específicamente del habla, es por un mal proceso a la hora de comer.
Mónica Morales Piedrahíta, fonoaudióloga de la Universidad del Rosario con magíster en educación y énfasis en cognición y lenguaje, advierte que la alimentación, como proceso de deglutir o tragar, está relacionada con la posibilidad de hablar claramente, porque ambas actividades las realizan las mismas partes orales y faciales.
Es decir, el acto de tragar sirve para entrenar los músculos del habla y, aunque cada proceso requiere diferentes movimientos, finalmente se suplen uno al otro.
Si bien todo esto es un proceso natural, es importante que los padres lo respeten y permitan que el niño evolucione. Este viene diseñado para vivirlo y usted no puede entorpecerlo.
DESDE EL NACIMIENTO
El bebé nace dotado de reflejos que le permiten mantenerse con vida y reaccionar ante los estímulos del mundo. Los orales, como la succión, la deglución, la mordedura y la masticación, le permiten alimentarse y establecer comunicación con su madre.
La succión: tomar leche materna succionando favorece el desarrollo de la musculatura oral y facial, ayuda a que la lengua del bebé tenga la posición y función adecuada que determina un buen crecimiento dentario, previene, además, malos hábitos que deforman y alteran la mordida correcta, que es cuando los dientes del maxilar superior quedan dos o tres milímetros sobre el inferior, ni más ni menos es lo ideal.
“Durante la succión, el bebé tiene que coordinar un gran número de músculos y estructuras que le permiten extraer la leche del seno de su madre. Por ejemplo, la posibilidad de acanalar la lengua, como lo que hacemos cuando tomamos de pitillo y hacemos un cierre en la parte posterior de la boca, o el movimiento armónico de la lengua, los huesos y los labios”, dice Morales.
Las madres que, por una u otra razón, no pudieron amantar a sus bebés, según la fonoaudióloga, pueden buscar un tetero con goteo adecuado para la edad de su hijo y alternar con el uso de la cuchara y del vaso a la hora de alimentarlo, para evitar eventuales problemas relacionados con el habla.
La deglución: hacia los tres meses, cuando desaparece el reflejo de búsqueda del pezón, el de succión se coordina con la deglución o el tragar. Esto permite que en dicho momento disminuya el riesgo de que el bebé se ahogue y se atragante con la leche o el alimento. La coordinación de succión, deglución y respiración es lo que hará que el niño pueda alimentarse mejor y permanecer así hasta la etapa adulta.
La mordedura: otro reflejo que deben adquirir los bebés es el de mordedura; se observa cuando se estimulan sus encías y automáticamente cierran las mandíbulas. Este reflejo evolucionará para permitir movimientos laterales de masticación. Responsable junto con la lengua de la formación del bolo alimenticio.
SEÑALES DE ALERTA
Usted debe considerar consultar a un fonoaudiólogo si:
• El niño almacena alimentos dentro de su boca y no los puede pasar.
• El niño tose, vomita o se ahoga con frecuencia cuando está comiendo.
• El niño tiene hábitos orofaciales (chupar dedo, una sábana, un lápiz, un esfero) y le causa dificultades para comer por la mala posición de la lengua.
• El niño no habla claro para su edad, en términos de articulación, máximo cinco años.
• El niño no puede mantener el alimento dentro de su boca cuando come. Saliva demasiado y tiene que botar el alimento.
• Cuando tiene que estirar el cuello para pasar, seguramente no está formando
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