Generalmente un niño con autismo presenta trastornos sensoriales y en el desarrollo psicomotor que pasan desapercibidos por las características propias de dicha condición, diagnosticada siempre por expertos en el área (psicólogos y/o psiquiatras), dejando de lado la evaluación y abordaje de un fisioterapeuta. El fisioterapeuta en esta área, actúa por medio de terapias lúdicas involucrando la realización de actividades físicas y sensoriales que permiten ser un gran complemento para facilitar la mejoría e independencia de los autistas. Es por ello, que es de suma importancia dar a conocer a padres y otros profesionales en el área, el rol del fisioterapeuta y las actividades que se pueden realizar.
Características del niño con TEA susceptibles a fisioterapia
Lo anterior descrito, es el concepto más usado para la definición del autismo, son pocos los autores que describen las alteraciones o trastornos motores y sensitivos vinculados a dicha condición. Notaremos que los principales objetivos del tratamiento clínico y psicoeducador generalmente son: el minimizar los rasgos autistas más notorios, los déficits asociados y lograr la independencia funcional (ir al baño, vestirse, comer) y por ende, mejorar la calidad de vida del niño, involucrando también el alivio del estrés familiar. Dichos objetivos, en especial la independencia funcional puede ser tratada por un fisioterapeuta con experiencia en el área.
Los niños autistas tienden a ser:
- Apáticos, sin interés de lograr objetivos y de un momento a otro, algunos niños se pueden tornar hiperactivos, con conductas excesivas (morder, golpear, pellizcar, gritar, llorar, entre otros) que pueden afectar su integridad física y el de las personas que están a su alrededor, de esta manera ellos suelen escapar de las tareas que se les encomienda para lograr un objetivo en particular.
- Tienen alteraciones en el tono muscular.
- Tienden a tener malas posturas, conllevando a alteraciones morfofisiológicas en articulaciones y contracturas musculares.
- Las tareas de motricidad fina y gruesa es nula o escasa.
- No tienen equilibrio al pasar obstáculos, subir escaleras o mantenerse en una postura especifica por mucho tiempo (control postural)
- Tiene una disminución de las reacciones de defensa
- Alteraciones de la sensibilidad, por lo que se observara las conductas en exceso como morderse, pellizcarse, o no toleran el tacto, los sonidos y las luces.
- Alteración en la marcha
- Problemas para hablar, por lo que hay que observar si el problema es motor en esa región o se debe a una lesión.
- Perdida del esquema corporal o propiocepción.
- Las estereotipias, la fisioterapia también puede lograr disminuirlas, estas existen para la expresión de emociones y responder a estímulos de relajación, satisfacción o placer, para que no repercutan sobre su aparato locomotor.Estas características principales tienden a entorpecer cualquier terapia si no se conoce bien la personalidad del niño, sus antecedentes clínicos y farmacológicos. Además de esto, tal desinterés o apatía, además ocasiona un retraso en el desarrollo psicomotor que hay que diagnosticar y tratar lo más precozmente posible.
erapias que se pueden aplicar en los niños con TEA
El tipo de terapia a seleccionar va a depender de los objetivos que se quieren lograr, de las condiciones psicofisiológicas del niño y de las contraindicaciones que estas terapias poseen. Entre ellas están:
Hidroterapia
Es la aplicación del agua como agente físico terapéutico, el cual posee por sus principios hidrostáticos, térmicos, hisdrocinético e hidrodinámicos, múltiples efectos fisiológicos: permite que el niño realice ejercicios con el menor impacto y dolor posible, disminuye la ansiedad, el estrés, resiste el movimiento mejorando la fuerza muscular, ayuda al equilibrio, propiocepción, coordinación, mejora la marcha, la circulación sanguínea y es analgésico. Hay que tener precauciones con los niños con: problemas del corazón como insuficiencia cardíaca, infección y heridas de piel.
Hipoterapia o equinoterapia
El caballo es un medio terapéutico que debido a sus caraterísticas morfofisiológocias permiten mejorar o inducir la marcha en el niño en forma pasiva, el asiento profundo es cuando ambos isquiones y piernas pueden tocar al caballo y es donde el niño siente en plenitud los cambios de velocidad dentro de un aire (paso) o cambios de un aire a otros. El movimiento natural del caballo es tridimencional, comprende el paso, galope y trote. Dicho movimiento ayuda a corregir malas posturas, mejora el tono muscular, fortalece los músculos, mejora la coordinación, propiocepción, equilibrio, estimula el lenguaje, alivia el estrés, fortalece vínculos afectivos y aumenta la plasticidad cerebral. Además, se aprovecha los fuertes latidos del corazón del caballo y su calor corporal como agente vibratorio y térmico, respectivamente.
Ludoterapia
La terapia del juego, es una herramienta poderosa en estos casos, ya que el niño al imponerle una tarea suele detonar o mostrar sus conductas en exceso, el cual queremos disminuir. Por medio de juegos y cantos podemos lograr que el niño colabore con una mejor actitud, se relaja, se siente en confianza. Por ser generalmente niños apáticos ususalmente se logra captar su interés evitando el aburrimiento, induce a que el niño se comunique, muestre afectos (llegan a ser más empáticos), promueve el desarrollo cognitivo, la resolución de problemas y suele ser más fácil para el fisioterapeuta lograr los objetivos planteados, porque debemos recordar que un niño con TEA es ante todo un niño y como tal les encanta jugar.
Balonterapia
Es el uso de un balón gigante (balón suizo) para realizar movimientos, estiramientos y ejercicios que mejoran el control motor, la flexibilidad, la postura, los arcos de movimientos, la propiocepción, aumenta la fuerza muscular, mejora las reacciones de defensa, reacciones de enderezamiento y coordinación. Muchos niños les agrada y divierte balancearse, rebotarlo, alzarlo y sobretodo brincar en el balón terapéutico.
Tratamiento Fisioterapéutico (dosificación)
Una intervención se realiza como mínimo 3 veces por semana, con una comprensión a los comandos de voz para seguir instrucciones y tolerancia. Cabe destacar que existen casos de Trastorno del Espectro Autista que no responden de forma positiva a las terapias, ya que son pocos tolerante sensorial o conductualmente , por lo tanto, hay que darles la oportunidad de que se vayan adaptando al ambiente, al fisioterapeuta y al tratamiento.
Diseño del tratamiento: actividades
Usualmente, la primera etapa del tratamiento se lleva a cabo de forma activa, con diversos materiales y por medio de juegos, balonterapia, piscina de pelotas, balancín, entre otros, se le enseña a saltar, bailar, a realizar ejercicios de motricidad fina, ejercicios vestibulares, reeducar la marcha con o sin obstáculos, a mantener el equilibrio, mejorar las reacciones de defensa, inducir movilizaciones de miembro superior e inferior (con o sin pesas, ligas) orientándole siempre sobre la dirección, intensidad y repeticiones. La segunda etapa es la de relajación, donde el fisioterapeuta con el niño en decúbito supino o sedente, le realiza manobras de movilizaciones pasivas, estiramientos, técnicas de Bobath, método de Rood, FNP (Facilitación Neuromuscular Propioceptiva), ejercicios de percepción de distintos estímulos (texturas, temperatura, auditivos,) y orientar al desarrollo psicomotor adecuado.
Los objetivos de una intervención desde la fisioterapia son: recuperar el tono muscular, mejorar el equilibrio, el control motor, la propiocepción, mala postura, disminuir estereotipias, la apatía o hiperactividad, el esquema corporal, disminuir contracturas y mejorar el contacto visual.
Conclusión
El tratamiento fisioterapéutico es un coadyuvante en los trastornos psíquicos del niño con TEA, ya que por medio de actividades recreativas también pueden mejorar su empatía.
Un niño sin autismo puede sufrir cualquiera de las características anteriormente mencionadas, pero lo que hace que los niños del TEA sean de gran interés en el campo médico y social, se debe a la alta frecuencia e intensidad de estas, convirtiéndose en un agente invasor en todo el funcionamiento psíquico y motor del niño.
El fisioterapeuta debe comprender de lleno el autismo y las alteraciones motoras y sensoriales que este conlleva, tomando en cuenta la personalidad de cada niño para diseñar de forma personalizada el plan fisioterapéutico, y así lograr con constancia y con la colaboración de los padres, el éxito en cada uno de los objetivos propuestos.
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