La metatarsalgia es una lesión que afecta a la parte delantera del pie , más concretamente en las cabezas de los metatarsianos, dando lugar a un dolor significativo. Las cabezas de los metatarsianos son el lugar en el que estos se articulan con las falanges y la zona de apoyo principal de la zona anterior del pie con lo cual recibe importantes y constantes cargas especialmente al final de la pisada cuando despedimos el pie del suelo con la puntera.
Causas de la metatarsalgia
Cabe destacar que el término ‘metatarsalgia‘ indica dolor, pero son muchas las estructuras que pueden estar involucradas en la producción de la metatarsalgia. La metatarsalgia puede aparecer sin alteraciones previas o puede estar asociada al desarrollo anterior de un juanete o hallux valgus, unos dedos en garra o un dedo en martillo así como a otras alteraciones del correcto apoyo del pie en el suelo como puede ser el pie cavo.
Todas estas alteraciones previas , van a condicionar el correcto apoyo y distribución del peso sobre el pie dando lugar a que esta zona sufra, se inflame y duela.
Por otro lado, el uso de un calzado inadecuado sin la suficiente flexibilidad o excesivamente duro, pueden condicionar la aparición de este problema.
Además, como siempre a nivel de los pies, puede participar el factor químico, con la acumulación de toxinas y sustancias de deshecho que van a favorecer estos procesos inflamatorios y dolorosos.
Tratamiento de la metatarsalgia
Para el tratamiento de la metatarsalgia se debe tener en cuenta qué es lo que lo produce. Entre las herramientas que tenemos a la mano para combatir cada una de las causas tenemos lo estiramientos, los ejercicios y los masajes.
En muchos atletas que experimentan esta lesión de la metatarsalgia, se analiza su calzado para asegurarse de que está recibiendo el apoyo adecuado. Los calzados con una amplia zona anterior para los dedos del pie también ayudarán a asegurar que el pie tenga una mayor flexibilidad y haya menos posibilidades de daños.
Una vez que los factores que le puedan causar los síntomas se identifican, su especialista le sugerirá cambios en su enfoque de entrenamiento. Si parece que el calzado está relacionado con su metatarsalgia (por ejemplo, las suelas de las zapatillas de correr pueden “fundirse” y perder su capacidad de adaptarse después de meses de entrenamiento), conseguir zapatillas nuevas es una solución obvia.
Los fisioterapeutas que tratan metatarsalgias informan que los calzados de punta ancha y cuadrada tienden a funcionar mejor para los pacientes con dolor del antepié, en comparación con los zapatos con la puntera estrecha, más puntiagudos. Los zapatos cuadrados parecen aliviar la presión global sobre el antepié y permiten que los dedos se separen al caminar, trotar o correr. Esta expansión permite que los dedos se muevan en direcciones distintas a las que producen dolor.
Naturalmente, puede ser necesario limitar su entrenamiento hasta que los síntomas desaparezcan. Los ejercicios se pueden hacer menos largos e intensos (en casos severos de metatarsalgia, el entrenamiento tendrá que cesar hasta que desaparezcan los síntomas), y el hielo y la elevación se deben utilizar después de los entrenamientos. La mejor política parece ser la de frotar la zona dolorida con hielo durante unos 12 minutos (mientras que el pie se eleva), tomando 20 minutos de ‘recuperación’ entre cada aplicación. La pérdida de peso puede ser útil para los pacientes con sobrepeso que sufren de dolor del antepié, y los anti-inflamatorios no esteroideos suelen ser adoptados para el control del dolor.
Hay una gran variedad de aparatos ortopédicos diferentes que se utilizan para el tratamiento.Los ortopédicos son normalmente a medida para adaptarse a la anatomía del pie de un paciente y se insertan en el calzado deportivo. La característica principal de una plantilla ortopédica hecha para aliviar el dolor del antepié es una plataforma de apoyo que encaja debajo de las articulaciones de los dedos del pie.
¿Cuánto se tarda la recuperación completa de la metatarsalgia?
En casos no complicados causados por los zapatos defectuosos o errores de entrenamiento, por lo general el tratamiento adecuado puede aliviar los síntomas principales entre 10 y 14 días. El tratamiento adecuado incluye el uso de zapatos de apoyo nuevos, la aplicación de hielo, el uso de medicamentos anti-inflamatorios, la reducción de la intensidad del entrenamiento y el volumen; la ejecución moderada de ejercicios que fortalezcan los pies y mejoren el rango de movimiento en las articulaciones de los dedos, y quizás el uso de una ortesis temporal.
En cambio, si existe una fractura por estrés, los síntomas pueden durar alrededor de cuatro a ocho semanas, y si hay obesidad, diabetes, gota o artritis es muy difícil predecir cuánto tiempo va a durar el dolor. Aunque los pacientes se verán muy tentados a entrenar o salir a correr a pesar de la metatarsalgia, tienen que darse cuenta de que la actividad aumentará las tensiones en el punto de la lesión y frenará el proceso de recuperación. El regreso a las actividades deportivas debe retrasarse hasta que las causas subyacentes del dolor del antepié se hayan resuelto y hasta que los síntomas más importantes hayan desaparecido.
Consejos para la prevención de la metatarsalgia
La metatarsalgia es una patología en la que el paciente tiene mucho que hacer así que ahí van una serie de consejos básicos:
- Use zapatos cómodos, que sean de su talla y que sean apropiadas para la actividad. No salgas a correr 10km si llevas un par de zapatos de tenis, por ejemplo.
- Asegúrese de que las plantillas y las suelas de sus zapatos deportivos no se han roto, y que le permiten mantener una buena cantidad de apoyo. Si sus zapatos deportivos vienen con plantillas muy finas, no dude en cambiarlas. Con respecto a las suelas, debe revisarlas porque su uso conduce a una situación en la que las suelas pierden su capacidad de adaptación y ya no son capaces de regresar rápido a su configuración normal después de que el pie haga impacto con el suelo. Esta pérdida de capacidad de recuperación puede poner presión extra en las articulaciones del pie y los metatarsianos.
- Aumentar la intensidad y la duración de su entrenamiento muy lentamente y con precaución. Siempre que aparezca “sólo una molestia” en el antepié, hacer un descanso en el entrenamiento y después entrenar ligeramente durante algunos días para mantener la inflamación bajo control. A medida que reanude el entrenamiento normal, utilice los estiramientos y ejercicios para evitar problemas en el futuro.
- Tenga especial cuidado cuando inicie nuevos métodos de entrenamiento. Si usted practica el baloncesto, por ejemplo, y comienza a trabajar en su capacidad de salto vertical mediante la práctica de saltos repetidos contra una resistencia adicional, el aumento del número de aterrizajes de alto impacto y las fuerzas adicionales en los pies aumentará significativamente su riesgo de metatarsalgia.
- Si usted es propenso a la metatarsalgia, utilice zapatos con la punta relativamente cuadrada, y trate de evitar los zapatos de tacón. El tacón puede “lanzar” los pies hacia adelante, poniendo presión adicional sobre las articulaciones metatarsales.
- Controle su peso.
- Si usted tiene antecedentes familiares de diabetes, la artritis o la gota, informe a su médico, quien le evaluará periódicamente para estas condiciones.
Ejercicios para la recuperación de la metatarsalgia
¿Cómo recuperarse de la metatarsalgia una vez que lo tienes? Antes de describir aquí estos ejercicios os animo a visitar otro artículo en el que compartimos una colección de vídeos con ejercicios para el tratamiento de la metatarsalgia.
En general, se cree que el aumento del rango de movimiento del tobillo, mantener la elasticidad del tendón de Aquiles, el fortalecimiento de los músculos del pie, y la mejora de la flexibilidad de las articulaciones metatarsianas ayudan a estimular la recuperación y reducir la posibilidad de recurrencia. A continuación, se ofrece una lista de cuatro “ejercicios clásicos” que intentan llevar a cabo algunos de estos objetivos, y se han añadido dos ejercicios adicionales para fortalecer los pies de una manera funcional y reducir el riesgo de metatarsalgia.
Ejercicios clásicos
- Ejercicio Clásico nº 1 – El estiramiento del tendón de Aquiles: de pie, con los dedos de los pies sobre una acera o escalón. Entonces, deje caer los talones hacia abajo tanto como sea posible, sin causar mucho dolor, por supuesto. Descanse en esta posición durante unos segundos, y luego levántese sobre sus dedos del pie, manteniendo esta posición por unos segundos también. Llevar a cabo 3 series de 12 repeticiones de este ejercicio por día, con 15-30 segundos de descanso entre series. Con el tiempo, hacer el ejercicio progresivamente más difícil con el uso de un peso o sosteniendo pesas en las manos.
- Ejercicio Clásico nº 2 – Flexión del tobillo: simplemente, sentarse en una superficie plana elevada con la pierna del pie afectado cruzado sobre el muslo opuesto. Agarrar la pierna afectada en el tobillo con la mano del lado opuesto, y coger los dedos del pie afectado con la mano del mismo lado. Tire suavemente los dedos del pie lesionado hacia adentro, hacia la pierna, hasta que comience a experimentar dolor. Retroceda un poco para disminuir la molestia, y mantenga esta posición de 5 a 10 segundos. Relajar por 10 segundos antes de repetir, y llevar a cabo esta secuencia de 3 series de 8 repeticiones.
- Ejercicio Clásico nº 3 – Extensión del tobillo: siéntese en una superficie plana elevada con la pierna del pie afectado cruzada sobre el muslo opuesto. Agarre la pierna afectada en el tobillo con la mano del mismo lado, y coja los dedos del pie afectado con la mano del lado opuesto. A continuación, tire suavemente los dedos y planta del pie del lado afectado hacia el cuerpo hasta el punto de dolor significativo. Mantenga esta posición durante 5 a 10 segundos y luego relaje durante 10 segundos. Use 3 series de 8 repeticiones por el día.
- Ejercicio Clásico nº 4 – Torsión del tobillo: siéntese en una superficie plana elevada con la pierna del pie afectado cruzada sobre el muslo opuesto. Sostenga la pierna afectada por el tobillo con la mano del mismo lado, y coja los dedos del pie afectado con la mano del lado opuesto. Cuidadosamente doble el pie hacia arriba por el tobillo y hacia el interior de la pierna hasta el punto de dolor significativo. Una vez más, mantenga esta posición durante 5 a 10 segundos, con 10 segundos de descanso después. Realizar esta secuencia 10 veces, 3 veces al día.
Ejercicios funcionales
Aunque los ejercicios anteriores deben ayudar a mejorar la flexibilidad de los tobillos y los pies, no son muy funcionales, es decir, no se parecen a los movimientos que se producen en cualquier actividad deportiva conocida. Hay poco énfasis en el equilibrio y la coordinación, la escasa integración de varios grupos musculares. Los dos ejercicios siguientes se hacen cargo de esos problemas y hacen un gran trabajo de pie mejorando la fuerza y la flexibilidad del tobillo.
- Ejercicio Funcional n° 1 – Tira de los dedos: para realizar este ejercicio, ponerse de pie descalzo con los pies separados a la anchura de la cadera. En un patrón alternativo, enrolle los dedos de su pie derecho y luego el pie izquierdo debajo, como si estuviera agarrando algo con los dedos de cada pie. Trate de tirar usted mismo hacia el suelo (superficies lisas funcionan mejor) a una distancia de tres a seis pies. Comience con 25 repeticiones por cada pie, y trabaje hasta 3 series de 75 repeticiones por día (una repetición es un ‘agarre’ de uno de sus pies).
- Ejercicio Funcional n° 2 – Saltos cuesta abajo: correr o saltar hacia abajo aumenta las fuerzas de reacción del suelo- experimentado por el pie y la pierna, en comparación con el correr o saltar sobre el nivel del suelo (o cuesta arriba). Obligar a los pies y tobillos a responder a estas fuerzas superiores tiene un efecto de fortalecimiento general. Cuesta abajo también aumenta las tensiones en la parte delantera en particular, que es el fortalecimiento a largo plazo pero posiblemente el dolor producido en el corto plazo, así que tenga cuidado con este ejercicio. Comience con una pendiente descendente moderada de alrededor del 3%, y el salto cuesta abajo en el pie derecho por unos 20 metros más o menos, manteniéndose relajado en todo momento, mirando hacia delante (no hacia abajo), y lograr una buena elasticidad con su tobillo derecho. Repita con el pie izquierdo. Descansar por un momento si es necesario, y luego llevar a cabo uno o dos veces más. Más fuerte y más coordinada, usted puede aumentar su velocidad de salto, la longitud de la cuesta abajo, y por supuesto la declinación porcentual. No trate de dar saltos largos mientras desciende, usted está buscando rebotes rápidos y eficientes que reduzcan al mínimo el coste energético. En efecto, debe saltar utilizando la energía elástica de los tobillos y las piernas tanto como sea posible, en lugar de trabajar duro para saltar hacia adelante.
Puntos claves acerca de la metatarsalgia
- La metatarsalgia es una lesión que afecta a las cabezas de los metatarsianos, es decir, la zona de apoyo principal de la zona anterior del pie.
- Causas: puede aparecer sin alteraciones previas o puede estar asociada al desarrollo de un juanete, unos dedos en garra, un dedo en martillo, un pie cavo, entre otros.
- Tratamiento: cambio de calzado, modificación del entrenamiento, aplicación de hielo, elevación de la pierna, perder peso, uso de medicamentos anti-inflamatorios, fortalecimiento del complejo tobillo/pie, mejorar el rango de movimiento en las articulaciones de los dedos y quizás el uso de una ortesis www.fisioterapia-online.com